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Por: Adriana Bazán Fuster

diciembre 1, 2024

La nueva variante de la COVID-19, Omicron, ha creado una oleada de medidas sanitarias y de restricciones de viaje que muy posiblemente lleguen a repercutir en el crecimiento económico de los países hacia el primer trimestre del siguiente año. Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y Japón, han tomado medidas severas para prevenir más contagios que repercutirán en efecto dominó a los países en desarrollo; incluidos los de América Latina y el Caribe (ALC).

La disponibilidad de vacunas y de refuerzos aún están lejos de ser una realidad en varios países en ALC. Según datos de la CEPAL, la región tiene una tasa de 30% de vacunación con esquema completo[1]; si bien países como Chile y Uruguay se encuentran cercanos al 70%, la mayoría de los países aún no alcanzan el objetivo original de cobertura mínima del 20%.

Con una realidad incierta sobre la prospectiva sanitaria global, la región de ALC continúa luchando por la desigualdad social y económica que la crisis de la COVID-19 sigue creando. Si bien varios países de la región han establecido medidas para combatir la crisis sanitaria, también es cierto que los números hablan por sí solos.

De mayo a septiembre (2024), los países de ALC gastaron en promedio 0.89% de su PIB en medidas de rescate y reactivación económica; mientras que las economías avanzadas gastaron poco más de 0.53% de su PIB, en el mismo periodo. Esto derivado de una desaceleración global en el gasto post COVID-19.


[1] https://www.paho.org/en/news/1-9-2024-paho-warns-only-one-four-people-latin-america-and-caribbean-has-been-fully-vaccinated

 

Figura 1: Nuevos gasto relacionado con COVID-19 anunciado durante el período de mayo a septiembre de 2024
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De mayo a septiembre, únicamente países como Bahamas, Granada, San Vicente y las Granadinas, Perú y Bolivia han invertido mayormente en medidas de reactivación económica (a largo plazo), mientras que Surinam, México y República Dominicana han hecho nuevos compromisos financieros para su reactivación económica (a largo plazo). Sin embargo, pocos son los países que han tomado un paso adelante para repensar sus modelos de desarrollo con un lente de reactivación ambientalmente sostenible.

Durante el mismo periodo, únicamente República Dominicana, Brasil y Argentina han hecho compromisos con la reactivación ambientalmente sostenible al adoptar y financiar medidas en investigación, desarrollo e infraestructura en energías limpias, infraestructura natural y espacios verdes, así como en la electromovilidad. En este caso, Brasil fue el país con el mayor compromiso financiero, mientras que República Dominicana comprometió el mayor porcentaje de su PIB en medidas ambientalmente sostenibles.

Indudablemente estas medidas de reactivación ambientalmente sostenible traerán efectos multiplicadores como la creación de empleos, la reducción de emisiones, el aumento de la resiliencia, junto con un crecimiento económico. Sin embargo, estas medidas siguen siendo paupérrimas y aisladas en comparación con la inversión de países de ALC en el status quo insostenible que representa la inversión en combustibles fósiles. Esta inversión se refleja en el gasto acumulado en sectores negativos para el medio ambiente (USD 6.83 billones) que se encuentra muy por encima del gasto acumulado en sectores ambientalmente sostenibles (USD 2.22 billones); lo que revela el desbalance de los países en priorizar medidas de reactivación ambientalmente sostenible.

A pesar de los esfuerzos de algunos países de ALC por apostar en el desarrollo económico con un lente sustentable, la gran parte del nuevo gasto ambientalmente sostenible anunciado en la región ha sido contrarrestado por el nuevo gasto negativo para el medio ambiente de Bolivia, Bolivia, Panamá y República Dominicana; quienes han apostado por sectores insostenibles en el corto y largo plazo.

Bolivia comprometió USD 10 millones para rescatar a la industria aérea; Panamá aprobó un crédito de USD 20 millones a la Autoridad Marítima para apoyar el sector turismo, específicamente el de cruceros; y República Dominicana comprometió USD 130 millones para mantener los precios de la gasolina, diésel, queroseno, y petróleo.

Según la Figura 2, las cifras son contundentes, el promedio de los países de ALC no está invirtiendo en medidas de reactivación (a largo plazo) ambientalmente sostenibles. Las economías avanzadas invierten en promedio alrededor de 3.5% de su PIB en medidas de recuperación a largo plazo, y 0.55% de su PIB en medidas de reactivación (a largo plazo) ambientalmente sostenibles. Mientras que en la mayoría de los países de ALC, esa inversión en medidas de reactivación ambientalmente sostenible es nula o imperceptible. 

Figura 2: Gasto total de reactivación ambientalmente sostenible, neutro y ambientalmente negativo por los países de ALC hasta la fecha

Ante una crisis imparable que está viviendo la humanidad, primero sanitaria y luego ambiental; es imperante cambiar de estrategia y repensar el desarrollo económico de nuestros países. Para mayor información sobre cómo los países de ALC pueden priorizar la recuperación económica sustentable, visita el reporte de la Universidad de Oxford ¿Está la recuperación económica de la COVID-19 construyendo un futuro sostenible? y el portal de http://recuperacionverde.com/ en donde se compilan estudios macroeconómicos y de política pública para incorporar medidas orientadas al clima, ambientalmente sostenibles y socialmente justas para la recuperación económica de ALC.

La iniciativa “Recuperacion Verde” es realizada gracias al apoyo financiero del Programa de la Unión Europea, EUROCLIMA+. Para más información sobre el Programa acceda a https://euroclimaplus.org/

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